Paraiso terrenal

La Ilha do Mel se encuentra en la región central de la costa paranaense, perteneciendo al Municipio de Paranaguá. La isla es una mezcla perfecta de playas paradisíacas y naturaleza exuberante. Su paisaje singular proporciona a los visitantes paseos inolvidables por sus playas, costas, senderos, matas y mangues.

Alberga 25 playas paradisíacas en sus 35 km perimetrales, además de construcciones históricas que remontan al siglo XVIII, como la Fortaleza de Nossa Senhora dos Prazeres y elFarol das Conchas.

Esta ubicada en un complejo de parques estaduales y federales y abriga los últimos remanentes de Floresta Atlántica de Brasil. No esta permitida la entrada de autos y el número de visitantes está controlado visando la preservación de sus riquezas y bellezas naturales únicas, permitiendo a los visitantes una experiencia inolvidable.

Geografía:

La isla posee un perímetro total de 35km y un área de 2.760 hectáreas.
Son 4 villas principales, Nova Brasília, Forte, Farol e Vila das Encantadas.
Tiene la forma de 8, dividiéndose en áreas bien definidas, sur y norte, pegadas por una estrecha faja arenosa. Tiene 95% de su área protegida, compuesta por ecosistemas de restinga y floresta atlántica, lo que la elevó a la categoría de Estación Ecológica en 1982.
Las posadas se concentran en las villas de Encantadas y Brasilia.

Desde ahí partimos con destino a Pontal do Sul o Paranaguá, donde tomamos la barca a la Ilha do Mel. Desde Pontal do Sul (30’en barca) o Paranaguá (1h30’ en barca) en barcas regulares, donde se puede partir a los terminales de embarque / desembarque de Encantadas o Brasilia, donde están concentrados el comercio, la gastronomía y las posadas de la Isla. Es cobrada una tasa ambiental (única) de R$ 6, por persona. Para regresar, cruzamos en las barcas y seguimos desde Paranaguá (1h y 30min.) o Pontal do Sul (2 horas) a Curitiba por la ruta BR-277.

Praia de Fora y Praia Grande

La caminata hasta la Fortaleza Nossa Senhora dos Prazeres (una construcción histórica de 1767) por la playa lleva 2 horas aproximadamente. Por detrás de la colina hay un mirador con una vista deslumbrante.
Aún por los caminos de Brasilia, una linda caminata es hasta la Praia do Belo. Por un sendero en el medio de la mata, pasando por manguezales, orquídeas y bromelias, se llega a esta linda playa, ideal para observar la puesta del sol.
Hay opciones de caminatas para la Praia Grande (ideal para la practica de surf), Praia doMiguel (desierta, cercada de costas y vegetación nativa) y Praia das Encantadas donde esta la Gruta de Encantadas, una formación rocosa llena de leyendas e historias fantásticas.
Excursiones privadas para las islas cercanas a Ilha do Mel son interesantes pero es importante tener en cuenta que deben ser reservadas con anticipación y están sujetas a condiciones climáticas.
El paseo a la Bahía de los delfines es una atracción imperdible.
Hay opciones de paseos en bicicletas y prácticas de actividades de aventura, como ala delta y escaladas.

Praia das Conchas

Alojamiento:

Las posadas de la isla son prolijas y agradables, con baño privado y buen desayuno brasilero. Algunas con más servicios y exclusividad. Es importante destacar que también existe una gran oferta de posadas "baratas" que a nuestro criterio no reúnen las condiciones necesarias para comercializarlas internacionalmente.

Gastronomía y vida nocturna:

En Encantadas y Brasilia hay opciones de restaurantes de comidas regionales, con mucho pescado, mariscos y comida típica brasileña. En la alta temporada hay opciones de pastas y pizzas artesanales. Por la noche hay bares con música en vivo, un forró muy agitado, cafés tranquilos con recitales de música y lindas noches con imperdibles lunas llenas y cielo estrellado.

Un paraiso imperdible.-

Dodge Challenger 2009

Dodge revivió el legendario Challenger con la versión SRT8 que tiene las características del mejor muscle car americano, incluyendo un diseño agresivo, el desempeño de un verdadero deportivo, el motor más poderoso de su clase, lo más avanzado de la tecnología de seguridad, comunicación y entretenimiento y, lo mejor de todo, una trasmisión manual.

El Challenger es un coupé de dos puertas con verdadera capacidad para cinco pasajeros, que Chrysler fabrica sobre la plataforma de los exitosos Dodge Charger y el Chrysler 300, bajo la primicia de Dodge de “rápido, poderoso y capaz”.

El Dodge Challenger se ofrece en Estados Unidos en tres versiones: SE, R/T y SRT8, el modelo que probamos durante una semana con su motor HEMI V8 de 6.1 litros que fue mejorado para ofrecer un rendimiento de combustible de 4% más que los modelos anteriores e incrementaron 30 caballos de fuerza.

Con las modificaciones para el 2009, este nuevo motor genera 425 caballos de fuerza y la transmisión manual de seis velocidades, alcanza una velocidad de 0 a 60 millas en poco menos de seis segundos y rinde 14 millas por galón en ciudad y 25 en carretera.

El equipo de ingenieros y diseñaodres del Dodge Challenger se mantuvo firme en el concepto revelado durante el Autoshow de Detroit del 2006, en la que se veían dibujados algunos elementos del Challenger original de los años 60s, lo que dio como resultado un vehículo agresivo y musculoso que mezcla nostalgia con modernidad.

Al exterior la elevada y larga cubierta, así como la parrilla y los faros, son elementos que se mantienen del Challenger original.

La línea A o línea de carácter ofrece instantáneamente un perfil musculoso y fácil de reconocer, mientras que los tubos de escape complementan el look agresivo.

Al interior el tema trapezoidal, la consola e iluminación están inspiradas en el modelo de hace cuatro décadas, pero la nueva interpretación ofrece asientos traseros excepcionales para ser un coupé de dos puertas, dejando un mayor espacio. Incluso el área de cargo es más amplia, con una capacidad de 16.2 pies cúbicos.

Además de eso, el Dodge Challenger está equipado con accesorios de última tecnología que incluyen: Sistema de navegación (GPS) y entretenimiento combinado que brinda lo mejor en audio y controles a través de comandos de voz y pantalla táctil para una mejor operación; conexión Bluetooth; radio satelital SIRIUS; sistema de acceso sin llave (Keyless Go) que permite al conductor entrar y encender el vehículo con sólo oprimir un botón y control remoto de inicio que asegura el vehículo.

El nuevo Challenger se incluyeron más de 25 funciones de seguridad como bolsas de aire tipo cortina que protegen a todos los pasajeros, frenos ABS, Programa electrónico de estabilidad (ESP), Brake Assist que asegura la máxima acción de frenado en detenciones súbitas, control de tracción All-speed que aplica el frenado selectivamente para optimizar la tracción durante la aceleración.

Otras de las funciones son: Hill Stara Assist (HSA) para la transmisión manual, que ayuda a un mejor desempeño durante inclinaciones pronunciadas y sistema de monitoreo de presión de los neumáticos (TPM).

Diabetes, la enfermedad sigilosa

Marina aguarda en el consultorio oftalmológico porque un trastorno visual la tiene a maltraer. Su espera ha sido demasiado extensa, de varios años. Es que el motivo de la visita al especialista no es sólo por problema ocular, sino una complicación de la Diabetes Mellitus, un mal que ella aún no sabe que padece desde hace tiempo.
Ella no es la única en esta situación. “La mitad de las personas con Diabetes Mellitus desconoce padecer la enfermedad; por lo tanto, no la controla ni la trata”, indica un estudio publicado por la Asociación Latinoamericana de Diabetes. En Estados Unidos, en cambio, sólo un tercio de los afectados no está diagnosticado.
La ignorancia hace estragos en el cuerpo y tiene un antídoto a mano. La educación es fundamental, remarcan los especialistas. Se debe informar masivamente sobre el tema. Si se poseen antecedentes familiares de la dolencia, hipertensión, obesidad, altos niveles de colesterol, conviene realizarse un chequeo anual, agregan.
Si bien pocos se dan por enterados, los candidatos a padecer esta dolencia no son pocos: alrededor del 6 por ciento de la población adulta en América latina se reparte entre la Diabetes tipo 1 y tipo 2. Esta última acapara la mayoría de los casos, el 90 por ciento. La Diabetes tipo 1 se manifiesta claramente desde el comienzo con los síntomas clásicos: aumento de sed, mayor volumen para orinar, pérdida de peso, debilidad e incremento del apetito. Pero en la 2, la evolución es más solapada, no da signos o no llaman tanto la atención para quien no está alerta.
La falta de información sumada a las características de presentación poco llamativa en la mayoría de los casos demora la visita al especialista. Una alteración visual, una infección a repetición, problemas de potencia sexual masculina suelen ser las complicaciones que motivan la consulta de una diabetes que ya lleva cinco años de evolución.
Un simple análisis de rutina evitaría muchos dolores de cabeza. Se trata de medir la glucosa en sangre, dado que la diabetes es producida por una alteración en su metabolismo. Este azúcar, que es la principal fuente de energía, se utiliza mal debido a un defecto total o parcial de la insulina, -la hormona producida por el páncreas, que controla el metabolismo de la glucosa.
Silenciosa y tenazmente, este exceso de azúcar en la sangre socava el organismo y puede conducir a resultados amargos. Tal como lo demuestran las estadísticas: la diabetes es la primera causa de ceguera no traumática en el mundo, resulta uno de los principales motivos de amputaciones de miembros inferiores por complicaciones de pie diabético y es cofactor de arteroesclerosis con todas sus consecuencias, como el infarto de miocardio y otras.
Lo primero, el diagnóstico
Si el antiguo adagio indica que en salud, es mejor prevenir que curar; “en diabetes el control es vida”, indican las campañas educativas sobre esta dolencia crónica en Argentina. No todos logran llevar al pie de la letra la consigna. “El 20-30 por ciento de quienes conocen su diagnóstico no realiza ningún tipo de control clínico-bioquímico o de tratamiento de su enfermedad. Más aún, el 68 por ciento de los diagnósticos se realizan por azar, frecuentemente como consecuencia de la manifestación clínica de una de sus complicaciones crónicas”, precisan datos publicados en la revista de la Asociación Latinoamericana de Diabetes sobre la región.
Por casualidad o no, aquel diabético que haya sido detectado tiene mucho por hacer. Un tratamiento que se apoya sobre cuatro pilares: un plan alimentario, actividad física, medicación y un programa educativo.
Con un equipo de especialistas conformados por médicos clínicos, nutricionistas, diabetólogos, cardiólogos, podólogos, el paciente es atendido desde un punto de vista individual. En este trabajo en equipo el diabético, lejos de quedar al margen, participa. Es más, resulta el responsable del autocontrol.
La dieta ya no es lo que era. Con respecto a las restricciones cambió el criterio, hoy existe margen para comer alimentos que antes se consideraban prohibidos. El tema es la cantidad y la oportunidad. En líneas generales se considera que el azúcar refinado y todo lo que derive de ella conviene restringirlo. Pero se puede consumir un flan combinado con otra comida luego de una actividad física, por ejemplo.
Si resulta estrictamente individual el plan alimentario, también lo es el de actividad física. Caminar por lo menos 30 cuadras resulta lo más conveniente. ¿El deporte más completo? La natación. Estas posibilidades variarán según cada caso y sus posibilidades. Como el trabajo muscular conlleva un rápido consumo de azúcar se deben coordinar los momentos que se dedican al deporte y la cantidad de alimentos, porque sino se puede pasar de una hiperglucemia a una hipoglucemia.
La consigna es mantener el nivel de azúcar dentro de valores normales. Cuando los promedios de glucemia están por encima de 180 a 200 mg por decilitro de sangre, por día, existen mayores probabilidades de complicaciones a largo plazo.
La ciencia a través de la medicación oral o inyectable de insulina brinda su aporte en el cuidado de esta enfermedad mientras estudia distintas corrientes de investigación para mejorar aún más las condiciones de vida. Mucho se ha hecho si se tiene en cuenta que tan sólo a principios del 1900, un diabético moría en seis meses a un año. Décadas más tarde, en 1922, se logró obtener insulina y desde entonces la medicina no ha dejado de perfeccionar las herramientas. En todo el tratamiento es muy importante el programa educativo para que el paciente comprenda el porqué y el para qué de la dieta y de la actividad física. Si cumple con la terapia, la calidad de vida es tan buena como la de una persona no diabética.